En la década de 1870, se produjo una ruptura con la línea del análisis económico. Los economistas Neoclásicos explicaron los precios relativos desde el lado de la demanda agregada, mientras que los Clásicos explican los precios relativos desde el punto de vista de los costes (oferta). Explican el valor de los bienes en función de la utilidad marginal, es decir, de la última unidad consumida. Este cambio teotico se llama la revolucion marginalista, que fue el punto de partida del nacimiento del pensamiento neoclásico.
Hubo tres grandes escuelas neoclásicas con los siguientes economistas:
- William Jevons y Alfred Marshall.
- Carl Menger y Eugen von Böhm-Barwerk.
- León Walras y Vilfredo Pareto.
Concluyó que las funciones de demanda y oferta de un producto dependen tanto de su precio, como de los precios de los demás productos, rentas, costos de producción y otros factores. El punto de equilibrio de cada mercado depende de los que sucede en los demás mercados, por lo que la determinación del equilibrio general, de todo el mercado, implica la determinación simultánea del equilibrio parcial de cada mercado.
Alfredo Pareto desarrolla y perfecciona la teoría de Walras. Introduce el concepto de óptimo económico que hoy en día se conoce como el Óptimo de Pareto. El óptimo es aquella situación en la que ningún individuo puede mejorar su situación sin que empeore la de algún otro.
Para que se dé el óptimo de Pareto, es necesario que haya un sistema de competencia pura y perfecta. Esto significa que se den estas cinco condiciones:
1. Atomicidad de los mercados (tantos compradores y vendedores que ninguno de ellos pueda influir individualmente en el precio del producto).
2. Transparencia y perfecta información (todo individuo conoce perfectamente cuáles son las condiciones del mercado).
3. Libre entrada y salida del mercado (no existen restricciones para que cualquier empresa pueda producir lo que desee).
4. Libre movilidad de los factores productivos (tanto el capital como el trabajo van a aquella situacioón según el precio de los factores).
5. Homogeneidad del producto ( a los consumidores les da igual a quién comprar si todos los productos son iguales).